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English to Spanish: Fragments from: Future of Sustainability General field: Science Detailed field: Environment & Ecology
Source text - English The human capacity to destroy life-support systems (ecosystem services) is new. Humanity is burning through natural assets and their capacity to support life and quality of human life without thought to the future and the rights and needs of today’s people.
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The present global dilemma offers huge risks, but also outstanding opportunities. The need to create a ‘sustainable postfossil-fuel society and economy’ has never been more widely recognised, although the challenges on the road to achieving it remain breathtaking.
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Interestingly, the unsustainability of the present global development model is probably better understood in China than in the conventional industrial heartlands of Europe and North America. There, politicians fear backlash from citizens reacting as consumers to anything that alters their lifestyle in ways they perceive as deleterious. This results in demands for low fuel prices, profligate material and energy consumption, and persistent ignorance of the social and environmental conditions under which global products are created. Environmentalist challenges to business as usual remain outside the mainstream, and the unsustainable patterns of production and consumption of the developed world persist.
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The issue of emotion is probably central to success. Existing approaches to sustainability have depended heavily on natural science (from which the concept came), and economics. ‘Dismal science’ in all forms remains essential to charting a course to the future, but it is not enough to drive changes needed. The world is not run by technocrats (even economists), but politicians and the citizens they represent or govern. In the past sustainability has engaged the mind, but the future demands an engagement with the hearts as well.
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The solution to unsustainable planetary management demands a move beyond both ‘business as usual’ and ‘politics as usual’. There is nothing usual about the situation humankind is in: nobody has ever been here before.
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The language of ‘environmental limits’ is in many ways a political non-starter. However, it is also central to the challenge of sustainability. Failure to understand and live within limits is the main reason why current patterns of development are not sustainable.
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The parish pump political rhetoric that ‘we will not negotiate our way of life’ is an understandable position for wealthy countries to take, but it is a deeply negative in its implications. Those with a vested interest oppose change more strongly than those with a vision for change.
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It is unlikely that an attempt to draw up a holistic ‘plan for the future’ will be effective. The economic, cultural and political changes needed are too complex to map out in detail. A more effective strategy would be based on evolving braided channels of change that different actors can own and drive forwards.
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Social and cultural globalization is also rapid, creating both dizzying opportunities for information and cultural exchange, but also unprecedented challenges to the post-second world war institutions of international integration and governance. Disabling fears about security, cultural change and political threat are an issue in many countries.
Translation - Spanish La capacidad humana para destruir los sistemas que sostienen la vida (servicios ecosistémicos) es nueva. La humanidad está consumiendo vorazmente los recursos naturales y agotando su capacidad de sostener la vida humana y la calidad de la misma sin pensar en el futuro y los derechos y necesidades de la gente en el presente.
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El actual dilema global presenta grandes riesgos, pero también oportunidades excelentes. La necesidad de crear una ‘sociedad y economía sostenibles post combustibles fósiles’ nunca ha sido tan ampliamente aceptada aunque los retos en el camino hacia lograrlo siguen siendo formidables.
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Es interesante que la insostenibilidad del actual modelo de desarrollo global probablemente sea mejor comprendida en China que en los centros industriales convencionales de Europa y Norteamérica. Allí, los políticos temen las repercusiones negativas de ciudadanos que reaccionen como consumidores a cualquier cosa que altere su estilo de vida en formas que ellos perciben como nocivas. Esto resulta en el requerimiento de combustibles de bajo costo, un despilfarro de materiales y energía, y provoca también la ignorancia persistente de las condiciones sociales y ambientales bajo las cuales son creados los productos globales. La oposición ambientalista a que las empresas sigan funcionando como lo han hecho hasta el presente no cuenta con una aceptación mayoritaria, y persisten patrones de producción y consumo insostenibles en el mundo desarrollado.
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La emoción es probablemente un factor crítico para el éxito. Los enfoques existentes acerca de la sostenibilidad han dependido mucho de las ciencias naturales (de donde provino el concepto) y la economía. La ‘ciencia deprimente’ en todas las formas sigue siendo esencial para trazar un plan para el futuro, pero no es suficiente para impulsar los cambios requeridos. El mundo no es manejado por tecnócratas (ni por los economistas), sino por políticos y por los ciudadanos a quienes representan o gobiernan. En el pasado la sostenibilidad ha involucrado la mente, pero el futuro demanda que se comprometan también los corazones.
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La solución a la gestión insostenible del planeta exige dar un paso más allá de las formas usuales de realizar los negocios y la política. No hay nada usual en la situación en la que se encuentra la humanidad: nadie ha estado aquí antes.
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El lenguaje de ‘límites ambientales’ es en muchas formas un enfoque sin posibilidades de triunfo político. No obstante, también es una parte esencial del reto de la sostenibilidad. No entender los límites y vivir dentro de ellos es el motivo principal por qué los patrones actuales de desarrollo no son sostenibles.
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Es comprensible que los países ricos adopten una posición de retórica política intolerante de ‘no negociaremos nuestro estilo de vida’ pero ello tiene implicaciones profundamente negativas. Aquellos que tengan intereses establecidos se resisten al cambio más reciamente que aquellos que poseen una visión del cambio.
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Es improbable que un intento por plantear un ‘plan del futuro’ holístico sea eficaz. Los cambios económicos, culturales y políticos requeridos son demasiado complejos para poder realizar un esquema detallado. Una estrategia más eficaz debe basarse en el desarrollo de canales fluidos de enlace para el cambio que los distintos actores pueden adoptar como propios e impulsar ellos mismos.
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La globalización social y cultural también es rápida, creando oportunidades vertiginosas para la información y el intercambio cultural, pero también desafíos sin precedentes para las instituciones creadas después de la Segunda Guerra Mundial para la integración y gobernabilidad internacional. Los temores debilitantes en referencia a temas como la seguridad, el cambio cultural y las amenazas políticas son un problema en muchos países.
Spanish to English: Most of: Summary on Reduced Emissions from Deforestation and Degradation (REDD) in South America General field: Science Detailed field: Environment & Ecology
Source text - Spanish Durante la última Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), realizada en Bali en el 2007 (COP 13), se reconoció la reducción de emisiones por deforestación y degradación de los bosques (REDD) como un mecanismo válido en la lucha contra el cambio climático.
Las lecciones aprendidas sobre el manejo sostenible de los bosques, las experiencias de los proyectos de gobernanza forestal, así como la experiencia generada por el mercado voluntario de carbono y los proyectos MDL en el diseño de proyectos y metodologías para la medición emisiones, deberán ser tomadas en cuenta por los mecanismos REDD. Asimismo, éstos deben considerar las disposiciones pertinentes del Convenio sobre la Diversidad Biológica y otros acuerdos internacionales. No obstante, la discusión sobre cómo diseñar y operar los mecanismos REDD se ha tornado excepcionalmente compleja y controversial, generando dudas sobre cuál podría ser el impacto en el clima global, así como en los bosques, los pueblos indígenas y las comunidades locales.
La continuidad e impacto de la lucha contra el cambio climático depende de que los países desarrollados adopten medidas más ambiciosas para la reducción de emisiones después del 2012. Esto incluye mecanismos que promuevan la reducción de emisiones por deforestación y degradación de los bosques tropicales en el régimen internacional de mitigación del cambio climático.
Este documento presenta una reseña de los principales actores que intervienen a nivel regional e internacional en la agenda REDD, y las capacidades requeridas y necesidades de investigación para que los países no Anexo I puedan abordar esta nueva temática. Por último, se presentan algunos ejemplos de proyectos de conservación de bosques y/o deforestación evitada, así como herramientas útiles al momento de diseñar y operar mecanismos REDD. La información ha sido tomada de documentos extensos elaborados en español sobre cada temática y éstos a su vez están basados en información secundaria y entrevistas a actores clave.
1. PRINCIPALES ACTORES
Debido a su alcance y naturaleza, el diseño e implementación de un mecanismo de REDD, tanto dentro como fuera del marco de las Naciones Unidas, conlleva la participación de una gran variedad de actores en el sector gubernamental, no gubernamental, privado y académico, entre otros. Consecuentemente, surgen diversas posiciones, intereses, e iniciativas, que marcan las tendencias del régimen del cambio climático alrededor de los bosques, en sus diferentes niveles de acción.
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A pesar de las diferencias existentes alrededor de estos puntos, se ha llegado a algunos consensos a nivel global, principalmente sobre: i) La necesidad de mantener un sistema de contabilidad y reporte simple; ii) el requerimiento de apoyo para el fortalecimiento de capacidades en los países en desarrollo; iii) el costo relativamente bajo de reducir la deforestación; y iv) la existencia de las técnicas y métodos necesarios para monitorear la deforestación (no tan claro para la degradación) (Skutsch y Trines 2008).
Otros puntos importantes de debate, y que conciernen a un gran sector de la sociedad civil, son el tipo de pago por la reducción de la deforestación y la distribución de los beneficios a los diferentes actores. Al mismo tiempo, el respeto y reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, comunidades locales y otros usuarios del bosque y cómo lidiar con los frágiles sistemas de tenencia de la tierra constituyen puntos centrales de discusión.
En este contexto, el desarrollo de actividades y programas piloto resulta fundamental para poner a prueba los diferentes enfoques, generar experiencias y contribuir con lecciones aprendidas. En respuesta a esta necesidad, un considerable número de actores, que incluye a organismos internacionales como el Banco Mundial (a través del Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques); ONG nacionales e internacionales; institutos de investigación como IPAM, CATIE y CIFOR; organizaciones filantrópicas; y organizaciones gubernamentales, se encuentran desarrollando iniciativas, programas y proyectos piloto REDD en América del Sur. Éstos cumplen un importante rol en el desarrollo de herramientas, metodologías y mecanismos de implementación, los que informarán al proceso de diseño e implementación de REDD en el marco de las negociaciones internacionales.
En complemento al desarrollo de programas y proyectos piloto, es fundamental garantizar la participación activa de los diferentes actores, especialmente de los pueblos indígenas y las comunidades locales propietarias de vastas áreas boscosas, en el diseño y puesta en marcha de mecanismos REDD. Éstos deben proporcionar la flexibilidad necesaria para garantizar el acceso a los beneficios por parte de la mayor cantidad de países y sectores, y dar incentivos para los dueños y usuarios del bosque, así como para la inversión privada. Las ONG y movimientos sociales cumplen y cumplirán un rol crucial en la facilitación de los procesos de diseño y monitoreo de la implementación de REDD, de manera que sea transparente, equitativo y eficiente en la reducción de la deforestación y de la degradación, y genere co-beneficios sociales y ambientales.
Al mismo tiempo, se requiere una mayor coordinación entre actores desde el nivel local hasta el internacional, con el fin de crear las capacidades necesarias para abordar esta nueva temática, así como para facilitar los procesos de diseño, operación, seguimiento y monitoreo de mecanismos REDD.
2. CAPACIDADES REQUERIDAS Y NECESIDADES DE INVESTIGACIÓN
La implementación de mecanismos REDD conlleva la necesidad de contar con una serie de capacidades técnicas, administrativas, financieras y de gobernanza que no todos los países poseen en la actualidad. Independientemente del enfoque que REDD llegue a emplear en el futuro, tanto el acceso a los fondos para REDD, como la reducción de emisiones de carbono y la obtención de co-beneficios ambientales y sociales, dependerán directamente de la existencia y fortalecimiento de capacidades en los países. Por esta razón, y reconociendo la realidad de la mayoría de países en desarrollo con bosques tropicales, se ha promovido el desarrollo de actividades e iniciativas piloto por diferentes actores. Al mismo tiempo, en el marco de la CMNUCC, la propuesta de flexibilidad entre un enfoque nacional y subnacional por parte de algunos países Latinoamericanos (enfoque anidado), el establecimiento de un fondo especial para el fortalecimiento de capacidades (propuesto por Brasil), y la creación del programa de apoyo a los países en desarrollo UN REDD (FAO, PNUMA y PNUD) responden a estas necesidades.
A continuación se presenta un breve listado de las principales capacidades requeridas para la implementación de programas e iniciativas REDD en las áreas técnica, institucional y de gobernanza, así como un análisis de los temas en los que se requiere fomentar la investigación en América del Sur.
Capacidades institucionales y de gobernanza
El éxito en la reducción efectiva de las emisiones por deforestación y degradación en el marco de un régimen global de cambio climático dependerá directamente de la capacidad institucional y las estructuras de gobernanza existentes en los países en desarrollo. Resulta fundamental el establecer condiciones favorables y la infraestructura institucional necesaria en ambas áreas, de manera que un sistema de control e incentivos para el mantenimiento de las reservas de carbono pueda existir a largo plazo (Mollicone et al. 2007). Lamentablemente, una gran parte de los países que presentan el mayor potencial para REDD, poseen al mismo tiempo importantes problemas de gobernanza, lo que disminuye su capacidad de implementar una estrategia REDD a nivel nacional (Ebeling y Yasué 2008).
Capacidades técnicas
A pesar de que existe un consenso sobre la existencia de las herramientas y tecnologías requeridas para la estimación y monitoreo de la deforestación (Skutsch y Trines 2008), éstas no necesariamente se encuentran disponibles en la mayoría de los países en desarrollo. Existen debilidades a nivel financiero y de capacidades técnicas, lo que representa un obstáculo para la participación efectiva de las naciones en un mecanismo REDD a nivel global.
Las áreas de mayor necesidad de capacidades técnicas y tecnológicas en el caso de los países en desarrollo son:
a. La definición de la línea base para las emisiones de deforestación y degradación, y la disponibilidad de datos: un acceso efectivo a los beneficios de REDD por parte de los países en desarrollo requiere que éstos realicen esfuerzos considerables para el establecimiento y mejora de sus sistemas de recolección y manejo de datos forestales. Por otro lado, existe una alta necesidad de desarrollo, demostración y asistencia técnica para la estimación y monitoreo de la degradación a nivel global (Andrasko 2008).
b. Las estrategias de implementación de REDD: La implementación de REDD a nivel de país requiere de estrategias de implementación efectivas y equitativas. Se ha expresado la necesidad de asistencia técnica en el diseño de mecanismos de entrega de los beneficios de carbono y los co-beneficios de REDD, que puedan ser evaluados, reportados de manera transparente, y que promuevan la equidad. Al mismo tiempo, la identificación de los bosques y tierras prioritarias para la conservación y reducción de la deforestación dentro de un país constituye un aspecto fundamental (FAO et al. 2008).
c. El sistema de monitoreo: Los principales obstáculos para la implementación de un sistema nacional de monitoreo son el costo y el acceso a los datos en la resolución requerida (Estrada et al. 2007).
Necesidades de investigación
Impacto de los mecanismos REDD: la evaluación y análisis profundo de los impactos ambientales, sociales y económicos de los programas y proyectos REDD constituye un área prioritaria de investigación. Entre otros aspectos se destacan: los efectos sobre la seguridad alimentaria, la conservación de la biodiversidad, la tenencia de la tierra y derechos sobre el territorio, los medios de vida de los pueblos indígenas y comunidades locales, entre otros.
Competencia por el uso de la tierra: un análisis de la interacción de REDD con las alternativas de uso de la tierra, las tendencias productivas y políticas (incluyendo al IIRSA), y su presión sobre los bosques es fundamental. Esta interacción debe ser estudiada más a fondo, de manera que facilite un entendimiento de las causas subyacentes de la deforestación y el alcance real de REDD en los países en desarrollo.
Efectos del cambio climático sobre los esfuerzos de mitigación a través de proyectos forestales: el análisis de los cambios en la intensidad y frecuencia de las temperaturas extremas, los brotes de enfermedades y los fuegos accidentales y sequías, y de su interrelación con REDD constituye un área donde se necesita mayor investigación.
Evaluación y promoción de los co-beneficios de REDD: la asistencia técnica para desarrollar métodos y sistemas de medida, monitoreo y verificación (MMV) que sean capaces de incorporar estos co-beneficios en el marco de un mecanismo REDD es crucial.
Al mismo tiempo, REDD debe ser complementado con medidas y políticas dirigidas hacia ecosistemas y regiones no incluidas en el mecanismo (Mollicone et al. 2007). Como señalan Ebeling y Yasué (2008), la obtención de los co-beneficios de un mecanismo REDD implica el desarrollo de un marco político internacional para la valoración de los beneficios no relacionados con el carbono, la creación de fondos suplementarios en las áreas prioritarias y el apoyo a las políticas de uso del suelo que beneficien a los pobres.
Translation - English At the last Conference of the Parties to the United Nations Framework Convention on Climate Change (COP 13 UNFCCC), held in Bali in 2007, the reduction of emissions from deforestation and forest degradation (REDD) was recognised as a valid mechanism in the fight against climate change.
REDD mechanisms should take into account lessons learned on sustainable forest management, experiences with forest governance projects, and the experiences generated by the voluntary carbon market and CDM projects on project design and emissions measurement methodologies. Also, these mechanisms should consider the relevant provisions of the Convention on Biological Diversity and other international agreements. However, discussion on how to design and operate REDD mechanisms has become exceptionally complex and controversial, generating doubts about the impact they will have on global climate, forests, indigenous peoples and local communities.
The continuity and impact of the fight against climate change depends on developed countries adopting more ambitious measures for post-2012 emissions reductions. This includes incorporating mechanisms in the international climate change mitigation regime to promote the reduction of emissions from the deforestation and degradation of tropical forests.
This document presents an overview of the main actors involved in the REDD agenda at the regional and international levels, and the required capabilities and research needs for Annex I countries to be able to address these new issues. Finally, it presents some examples of forest conservation and/or avoided deforestation projects, as well as useful tools for designing and operating REDD mechanisms. The information on each of these topics has been drawn from extensive documents in Spanish, which in turn are based on secondary information and interviews with key actors.
1. MAIN ACTORS
Due to its scope and nature, the design and implementation of a REDD mechanism, both inside and outside the framework of the United Nations, involves the participation of a large variety of actors in the governmental, non-governmental, private and academic sectors, among others. Consequently, this gives rise to different positions, interests and initiatives that set the trends for forest-related aspects of the climate change regime, in its different levels of action.
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Despite differing views on these points, some global agreements have been reached, especially on: i) the need to maintain a simple accounting and reporting system; ii) the support required for capacity building in developing countries; iii) the relatively low cost of reducing deforestation; and iv) the availability of the necessary techniques and methods for monitoring deforestation (which is less clear for degradation) (Skutsch and Trines 2008).
Other hotly debated issues of concern to a large sector of civil society are what type of payment should be made for reduced deforestation and how to achieve benefit sharing with the different actors. Other key points of discussion are respect and recognition of the rights of indigenous peoples, local communities and other forest users, and how to deal with fragile land tenure systems.
In this context, it is essential to carry out activities and pilot programmes to test different approaches, generate experiences and contribute lessons learned. In response to this need, a considerable number of actors, including international organizations such as the World Bank (through the Forest Carbon Partnership Facility), national and international NGOs, research institutes such as IPAM, CATIE and CIFOR, philanthropic organizations, and governmental organizations are developing REDD initiatives, programmes and pilot projects in South America. These play an important role in the development of tools, methodologies and implementation mechanisms, which will inform the process of REDD design and implementation in the framework of international negotiations.
To complement the development of programmes and pilot projects, it is essential to ensure active multi-stakeholder participation in the design and implementation of REDD mechanisms, especially by the indigenous peoples and local communities who own vast forest lands. These should provide the necessary flexibility to ensure access to benefits by the largest possible number of countries and sectors and to provide incentives for participation by forest owners and users as well as private investors. NGOs and social movements play and will continue to play a critical role in transparently, equitably and efficiently facilitating the processes of design and monitoring of REDD implementation to reduce deforestation and degradation and generate social and environmental co-benefits.
At the same time, greater coordination is required between actors from local to international levels in order to create the necessary capacities to address these new issues, as well as to facilitate the processes of design, operation, follow-up and monitoring of REDD mechanisms.
2. REQUIRED CAPACITIES AND RESEARCH NEEDS
The implementation of REDD mechanisms requires a series of technical, administrative, financial, and governance capacities that not all countries currently have. Regardless of which approach REDD uses in the future, various aspects – access to funding for REDD, the reduction of carbon emissions, and the achievement of environmental and social co-benefits – will depend directly on the existence and strengthening of countries’ capacities. For this reason, and recognizing the reality of the majority of developing countries with tropical forests, the development of activities and pilot initiatives by different actors has been promoted. At the same time, these needs have been responded to by the following developments within the framework of the UNFCCC: the proposal by some Latin American countries for a flexible mechanism (nested approach) combining national and subnational approaches; the establishment of a special fund for capacity building (proposed by Brazil); and the creation of a UN-REDD support programme (a partnership between FAO, UNEP and UNDP) for developing countries.
Presented below is a brief list of the main technical, institutional and governance capacities required for the implementation of REDD programmes and initiatives, as well as an analysis of the issues on which research should be undertaken in South America.
Institutional and Governance Capacities
The success of effective reduction of emissions from deforestation and degradation in the framework of a global climate change regime will depend directly on the existence of institutional capacity and governance structures in developing countries. It is important to establish favourable conditions and the necessary institutional infrastructure in both areas in order to facilitate a long-term control and incentive system for the maintenance of carbon reserves (Mollicone et al. 2007). Unfortunately, a large number of the countries showing the greatest potential for REDD also have significant governance problems that reduce their capacity to implement a REDD strategy at the national level (Ebeling and Yasué 2008).
Technical Capacities
Although there is agreement that the necessary tools and technologies exist to estimate and monitor deforestation (Skutsch and Trines 2008), they are not necessarily available in most developing countries. Weaknesses in financial and technical capacities represent an obstacle for the effective participation of countries in a global REDD mechanism.
The areas where developing countries are most in need of technical and technological capacities are:
a. The definition of baseline emissions from deforestation and degradation and the availability of data: In order for developing countries to have effective access to REDD benefits, they will have to expend considerable efforts to establish and improve their forest data collection and management systems. In addition, there is a strong need for technical assistance and the development and demonstration of degradation estimation and monitoring methodologies on a global level (Andrasko 2008).
b. REDD implementation strategies: The implementation of REDD at the country level requires effective and equitable implementation strategies. Technical assistance is needed to design mechanisms for the delivery of carbon benefits and co-benefits. Such mechanisms should facilitate evaluation, allow for transparent reporting, and promote equity. At the same time, it is essential for countries to identify priority forests and lands for conservation and the reduction of deforestation at the national level (FAO et al. 2008).
c. The monitoring system: The main constraints in implementing a national monitoring system are cost and access to data at the appropriate resolution (Estrada et al. 2007).
Research Needs
Impact of REDD mechanisms: The assessment and in-depth analysis of the environmental, social and economic impacts of REDD programmes and projects is a priority area for research. Some aspects requiring further study, among others, are: the effects on food security, biodiversity conservation, land tenure and territorial rights, and the livelihood of indigenous peoples and local communities.
Competition over land use: It is essential to analyze the interaction of REDD with land-use alternatives, production and policy trends (including IIRSA), and the pressure they exert on forests. More in-depth study of this interaction is needed to further understanding of the underlying causes of deforestation and the real scope of REDD in developing countries.
Effects of climate change on mitigation efforts through forestry projects: The analysis of changes in the intensity and frequency of extreme temperature events, disease outbreaks, and accidental fires and droughts, and of their interrelationship with REDD, are areas needing additional research.
Assessment and promotion of the co-benefits of REDD: Technical assistance is critically needed to develop measurement, monitoring and verification (MMV) systems capable of incorporating these co-benefits in the framework of a REDD mechanism.
At the same time, REDD should be complemented by measures and policies aimed at ecosystems and regions not included in the mechanism (Mollicone et al. 2007). As noted by Ebeling and Yasué (2008), in order to obtain the co-benefits of REDD, an international policy framework should be developed for the valuation of non-carbon-related benefits, the creation of supplementary funds in priority areas, and policy support for pro-poor land-use policies.
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Experience
Years of experience: 24. Registered at ProZ.com: Feb 2008.
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I am a freelance Spanish-English-Spanish translator and bilingual editor/proofreader specialized in environmental and development topics. Over the past nine years I have worked with various conservation and development organizations in Ecuador, the United States, Switzerland, the Netherlands, Brazil and Thailand. My clients include the South American headquarters of a number of international environmental NGOs.
Subject matter: technical-scientific, literary, legal, educational and social; willing and able to work with other topics as well. Areas of specialization: environmental topics (conservation, natural resources, Galapagos, climate change, etc.); indigenous issues; agriculture and agricultural extension.
Past translation projects have included scientific and general articles, reports, technical studies, work plans, manuals, scripts, position papers, promotional materials, press releases, contract and call-for-bid documents, web page texts, and books.
I also provide editorial services in both English and Spanish.
Native English speaker from northern California. Lived in Ecuador for 32 years before moving to Spain in the summer of 2014.
Education:
B.A. in English, Stanford University.
M.A. in Education, University of Alabama, Quito extension program.
Advanced study of Spanish at Instituto Fénix (Cuernavaca, Mexico) and Pontificia Universidad Católica del Ecuador (Quito, Ecuador)